En este libro, Harry Shapiro examina la relación histórica entre las drogas y la música popular. Comienza con una breve discusión sobre el consumo de drogas en Occidente antes de que se ilegalizaran las drogas en Estados Unidos con la Ley de Narcóticos Harrison de 1914, pero el auge gemelo del jazz y la marihuana a principios de la década de 1920 anuncia el verdadero comienzo de su estudio. Cada desarrollo en la música popular ha traído consigo una nueva moda en drogas; Shapiro cataloga estas tendencias y las relaciona con factores sociológicos como la raza, la clase y la actitud de la sociedad hacia los músicos. Cuenta en detalle las historias de muchas víctimas famosas del abuso de drogas, desde Charlie Parker hasta Sid Vicious, y proporciona evidencia de la colusión entre las industrias de las drogas y la música. Shapiro también examina los relatos de prensa contemporáneos de arrestos de drogas bien conocidos, como los de los Rolling Stones y Boy George, y considera con cierta ironía el fenómeno de la década de 1980 de las estrellas del pop haciendo campaña contra el abuso de drogas. A lo largo de todo, el crimen organizado juega un papel intermitente pero siniestro.
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