Celeste es una niña a la que le encantan las cosas que huelen a otras cosas, las palabras con zeta y cazar nubes. Un día, viaja con su padre a África y descubre que solo hay nubes en temporada de lluvias, según Murunya, un niño masái que la acompaña. Esta novela, finalista del premio El Barco de Vapor 2015, es un alegato a la amistad sin límites, a la riqueza intercultural y al gran poder de la imaginación. Una historia que invita a los jóvenes lectores a ver el mundo con curiosidad y a valorar la diversidad cultural.
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