Michael Curtiz llega a Estados Unidos a mediados de la década de los veinte. A lo largo de los años, Curtiz se ganará tanto el odio como la admiración de aquellos con quienes trabajó. Este húngaro, que fue artista de circo y actor mediocre, dejó su huella en más de 150 títulos y dio nuevos impulsos al cine. Para comprender y posicionar adecuadamente a alguien cuya vida y obra corrió paralela a la historia del cine y al siglo XX, el autor ha investigado durante varios años en cinco países y multitud de archivos fílmicos, contactando con los últimos supervivientes de su familia y colaboradores en la gran pantalla en busca de documentación e información. El resultado es una biografía que desvela nuevas claves y datos nunca conocidos sobre su turbulenta vida y su obra pasional.
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