En la década de 1920, Maria Garrastazu, una joven de dieciséis años que trabaja en un balneario en Zestoa, recibe una propuesta de Monsieur Perrin, un cliente dandi y vendedor de una marca de espejos, para trabajar con él. Dejando atrás a sus padres en el caserío de Aizarna, emprende su primer viaje, que la lleva primero a Biarritz y luego a París. Joxean Agirre narra esta historia con elegancia y sencillez, combinando la belleza y el encanto de la Belle Époque con un toque nostálgico de la juventud perdida.
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