En esta obra, Alberto Vázquez-Figueroa retrata magistralmente al mítico conquistador Alonso de Ojeda, presentándolo como un hombre indomable que jamás renunció a sus ideales. Fray Bartolomé de las Casas aseguró que participó en casi mil duelos a muerte sin ser herido. Aventurero, seductor y pendenciero en su juventud, Alonso de Ojeda se embarca con Colón en su segundo viaje, convirtiéndose en comandante y jefe de sus tropas. Su ingenio y astucia lo ayudan a vencer en la primera batalla del nuevo continente, sometiendo al temible cacique Canoabo. Tras regresar a España, la reina Isabel le encarga determinar si las tierras descubiertas son un continente o solo islas, confirmando con su amigo Juan de la Cosa que se trata de un nuevo continente, haciendo descubrimientos fascinantes en las costas de Suramérica. Traiciones y reveses se interponen en su camino, pero su inteligencia y valentía lo ayudan a superar las dificultades. Maestro de Hernán Cortés, Pizarro, Balboa, Ponce de León y Diego de Ordás, fue el Gran Capitán de todos ellos, respetado como el Primer Adelantado del Nuevo Mundo.
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